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¿Tu hijo o hija comienza este curso primaria? Si es así, éste es un buen momento para llevarlo al ortodoncista por primera vez. Cada vez que se produce un parón escolar, desde la Sociedad Española de Ortodoncia y Ortopedia Dentofacial insistimos en la influencia que esta visita puede tener para su salud bucodental en la etapa adulta.

En este primer encuentro con el ortodoncista, también podría saltar la primera señal de alarma de otros problemas que la mayoría de los padres no relacionan con la ortodoncia y que pueden tener importantes repercusiones sobre el desarrollo infantil, como es el caso de la Apnea Obstructiva del Sueño. Esta patología que generalmente vinculamos únicamente con los adultos se da en muchos niños y perjudica notablemente el desarrollo tanto físico como intelectual del niño (pues no le permite descansar debidamente en una etapa clave del crecimiento). El Síndrome de la Apnea Obstructiva del Sueño puede afectar al desarrollo dentofacial del niño, causando unas deformaciones de la cara muy típicas de esta dolencia, por ello el ortodoncista puede ser el primero en advertir de este problema, ya que muchos padres son incapaces de detectar algunos de los síntomas. En muchas ocasiones se generaliza asociando los ronquidos a la Apnea Obstructiva del Sueño, pero no todos los niños que roncan sufren Apnea.

A pesar de los esfuerzos divulgadores de la SEDO y de las principales Asociaciones Ortodóncicas Internacionales para que se haga esta revisión de los 6 años, aún son muchos los progenitores que lo ignoran y solo llevan a los niños al ortodoncista cuando el problema de desarrollo tiene consecuencias visibles como los dientes de conejo, un mentón retrasado, una mandíbula prominente… Pero hay muchos otros problemas que no son evidentes y solo pueden ser diagnosticados por un ortodoncista. Es por ello que, llevando a los niños al ortodoncista cuando les salga su primer molar permanente, evitaremos problemas bucodentales más graves a futuro y cuya solución en la edad adulta tendrá un coste biológico y económico mayor.

Óptimamente los niños deberían ser revisados por un ortodoncista a los 6 años, y mejor antes de que cumplan los 7, o cuando erupcione su primer molar permanente, ya que es el momento muy importante en el desarrollo de la oclusión (la manera en la que encajan los dientes de abajo y los de arriba), porque en esa edad suele comenzar la llamada “dentición mixta”. Y son los primeros molares definitivos los que van a hacer de “guía” para que los dientes que queden por salir se sitúen correctamente. Por eso esta edad es tan trascendental para el desarrollo de la boca de los pequeños.